Poesía: Viernes Santo

Tu madero
me llegaba, Señor, desdibujado.
Eludía contornos.
Cualquier forma concreta me arañaba el espíritu.
Pero, a pesar de ello,
tu madero, Señor, se perfilaba
en el cordial ambiente de la tarde.
Aquel niño que al viento
lanzaba su molino
de papel y colores
lo acercaba a mis ojos. Los hería de pronto.
Aquellos seres mínimos y tuyos,
que estrenaban vestidos
para festejarte,
me traían tu voz.
Aligeraba el paso (oh Señor, caminar en distancia
sin sonidos hirientes
por lo azul de mis venas),
pero tu voz seguía persiguiéndome
por el asfalto sin circulación.
Tus palabras,
tus últimas palabras del Calvario,
eran el aire que me circundaba.
No respiraba apenas.
Me dolía tragarlas. Unirlas a mi sangre miserable.
Acaso,
una sola vibró
en el aliento turbio. Suspendida.
Cuando tuviste sed
dijiste: ELVIRA.

Autora: Elvira Lacaci (1928-1997).

Deja un comentario

Otros artículos interesantes para ti...

¡Yo te abrazaré!

«Te abrazaré», es una bellísima canción que el 26 de abril de este año ha publicado los Legionario de Cristo en su canal de YouTube,

Leer más »

Santo Tomás de Cori

Por: Manuel Garrido Bonaño, OSB | Fuente: Año Cristiano (2002) Presbítero (+ 1729) Nació en Cori el 4 d e junio de 1655. Fueron sus padres Natal

Leer más »

San Vicente

Por: Juan Ferrando Roig | Fuente: Año Cristiano (2002) Diácono y mártir (+ 304) La situación de la Iglesia hacia el año 300 no podía ser más halagadora.

Leer más »