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SUPUESTO DÍA MALO
Ese
día por la mañana derrame el café sobre el mejor mantel del
hogar;
y al estar limpiando me manche la ropa recién planchada y lavada
que
ya traía puesta. Después ya estando en camino hacia la oficina,
el
trafico era tan denso que llegue tarde a mi trabajo; lo que
provoco
que mi jefe me llamara la atención. Toda la mañana estuve de mal
humor
y con muchas ocupaciones, por lo que a la hora de comer salí
precipitadamente.
Al llegar al estacionamiento me
percate que el auto
tenía una llanta baja. Me dispuse a cambiarla rápidamente, pero
estaba
tan apretada que el tiempo se me vino encima y me quede sin
comer. Por
la tarde salí retrasado de la oficina y llegue tarde a la
facultad. Un
maestro me pregunto la lección que había quedado pendiente,
misma que
no tuve oportunidad de estudiar; por lo que me llamo fuertemente
la
atención. Me sentí terriblemente avergonzado delante de mis
compañeros.
Al terminar las clases fui
al auto y me percate que le
habían roto el parabrisas y me habían robado el estéreo!
Ya era muy noche y no vi por ninguna parte taxis o camión que me
llevara al hogar. Camine varias cuadras y en un callejón tres
tipos
armados me quitaron mi dinero, un hermoso reloj de oro, mi
chamarra y
hasta el cinturón de piel que tanto me gustaba.
Después de quitarme
cuanto traía encima me dejaron seguir mi camino riéndose
estruendosamente de mi cara malhumorada e impotente. Camine dos
calles
y poco a poco me llego la idea de cobrarle al mundo tantos
insultos a
mi integridad y a mi persona. Me desquitaría con el primero que
se
cruzara en mi camino, no tendría compasión de el, me burlaría
hasta
sentirme desahogado y le daría algunos golpes para así recuperar
un
poco mi tranquilidad. Espere un poco y vi que se acercaba un
hombre
semidesnudo; de inmediato resolví que el seria el blanco de mis
ataques. Me aproxime para burlarme de el. Intente reírme de sus
pies
descalzos pero los vi sangrantes y con la huella de haber sido
traspasados con clavos.
Después me fije en sus rodillas y
las vi
golpeadas a causa de múltiples caídas. Sentí coraje de no
encontrar un
motivo que inspirase mi risa burlona. Me reiría de su
enmarañando
cabello, pero lo vi mojado con la sangre que manaba de su frente
herida por una corona de espinas. Me mofaría de su delgado y
débil
cuerpo, pero una herida en su costado derecho producida por una
lanza
me hizo estremecer. Intente reírme de sus manos que colgaban de
sus
brazos como si fueran un trapo viejo; pero al verlas mas cerca
las vi
tan cansadas y heridas que contuve mi reír. Había decidido que
ese
hombre seria el blanco de mi ira y no estaba dispuesto a dejarlo
marchar sin producirle daño. Mi acalorada mente buscaba la forma
de
desquitar mi rabia. Decidí golpearlo!
Camine detrás de el y vi su espalda flagelada
inmisericordiosamente.
Corrí hasta colocarme delante de el; lo golpearía en la cara!
Extendió
la mano para sujetarlo del hombro y golpearlo fuertemente,
cuando me
miro a los ojos... Era su mirada tan profunda que pude sentir
como
llegaba hasta lo mas recóndito de mi alma. Posteriormente, con
una
inmensamente dulce voz me miro y dijo..... GRACIAS POR VENIR EN
MI
AYUDA.
"No te dejes vencer por el mal; antes bien vence al mal con el
bien" Romanos 12, 21
Pastoral Juvenil