Por: Biblioteca de Autores Cristianos | Fuente: Año Cristiano (2002)
Abad (+ 710)
Adrián era un monje benedictino, nacido en África, que regentaba como abad el monasterio de Nerida, cuando el papa San Vitaliano lo llamó para proponerle aceptara el arzobispado de Canterbury en Inglaterra, que había quedado vacante por la muerte del arzobispo Wigardo. No era la primera vez que la Santa Sede proponía a Adrián el arzobispado cantuariense, pues a la muerte de San Deusdedit el año 664 ya lo había hecho, rehusando Adrián. Esta vez el monje de Nerida volvió a rehusar el nombramiento, pero para endulzar el rechazo le propuso al papa otro candidato: el monje griego Teodoro, que a Adrián le parecía un buen candidato.
San Vitaliano estuvo de acuerdo con la propuesta de Adrián pero con una condición: el propio Adrián debería acompañar a Teodoro y ser en Canterbury su acompañante y asesor. Adrián aceptó la propuesta papal y partió con Teodoro para Inglaterra el año 668. Teodoro nombró a Adrián abad del monasterio de los Santos Pedro y Pablo, que posteriormente se llamaría de San Agustín. Ambos, Teodoro y Adrián, convertirían el monasterio en un centro de estudios sobresaliente, donde se enseñaba latín y griego, Escritura y Santos Padres, proporcionando así una cultura eclesiástica que hizo hábiles a muchos de los monjes del monasterio para que con el tiempo ocupasen numerosas sedes episcopales. Acudieron alumnos de toda Inglaterra y también de la vecina Irlanda. Pero Adrián no limitó los estudios a lo que pudiera llamarse estudios eclesiásticos: en Canterbury se cultivó la poesía, la astronomía y otras ciencias seculares.
Adrián estuvo siempre al lado de Teodoro en su afán por el progreso de la iglesia cantuariense, y se ha dicho con razón que no poco del estado floreciente que aquella iglesia alcanzó bajo Teodoro se debe a Adrián. Éste murió el día 9 de enero del año 710, siendo venerado como santo, al igual que Teodoro.