Por: Biblioteca de Autores Cristianos | Fuente: Año Cristiano (2002)
Presbítero (+ 1487)
La llamada de Dios le llegó cuando el Señor permitió que al batirse en un duelo recibiese una profunda herida, que le obligó a ir a parar al lecho del dolor. Pudo costarle la vida pero su fuerte constitución le hizo soportar sin morir la pérdida de sangre y la debilidad. Convertida la herida en llaga, le sirvió de base para reflexionar sobre la vida llevada hasta entonces y arrepentirse sinceramente. Mejoró y optó por un cambio radical de vida. Acudió al convento de Santo Domingo y pidió el hábito blanco de los frailes predicadores.
Bernardo asumió la vida religiosa como una penitencia por sus muchas faltas. Profesó los votos de la Orden y, estudiada la teología, accedió al sacerdocio, proponiéndose imitar en su celo apostólico a Santo Domingo. Se dice que sus predicaciones, sus profecías y sus milagros atrajeron sobre él la atención de los fieles, que lo veneraron en vida como santo. Murió en Catania el 11 de enero de 1487. Su culto fue confirmado por el papa Pío VII el 8 de marzo de 1825.