Por: Biblioteca de Autores Cristianos | Fuente: Año Cristiano (2002)
Mártir (+ 1584)
Naturalmente todos los mártires no habían alcanzado su corona ni en el mismo día ni en el mismo año, pero la memoria de todos ellos fue englobada en una causa que tenía como primer nombre al sacerdote secular Jorge Haydock y que comprendía sacerdotes seculares, religiosos y seglares, así hombres como mujeres, de varias condiciones y edades, testigos todos ellos del Primado de Pedro tal como lo quiso Cristo y de los derechos de la conciencia humana a profesar la fe de manera libre y responsable.
En el breve por el cual los beatifica, el papa Juan Pablo II recuerda que todos estos mártires pusieron por encima de las exigencias del rey terreno la fidelidad a Cristo, rey eterno, el rey cuyo reino no es de este mundo, de quien se hicieron testigos los mártires prefiriendo perder la vida terrena antes de pisotear el mandato de Cristo Rey. Ellos dieron testimonio con su muerte de que todo poder viene de Dios y nada puede contra los mandatos de Dios y que por ello no se puede obedecer a los hombres cuando al hacerlo se desobedece a Dios. Los mártires provenían de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda, y todos estaban unidos por una misma fe y una misma aspiración a la vida eterna.
Guillermo Cárter había nacido en Londres de padres católicos y ejerció primero el oficio de impresor, que era el paterno. Luego entró como secretario y escribiente al servicio de un catedrático de griego, Mr. Harspfield, que por católico fue a parar a la cárcel. Cárter no dudó en colaborar en la impresión de obras católicas, por lo que la policía de Topcliffe estuvo tras él hasta que logró arrestarlo en julio de 1582. A la esposa de Cárter se le sacó información sobre las actividades de su marido como persona relacionada con los católicos más significados, pero Cárter se mantuvo firme en no revelar los nombres de sus amistades. Encerrado en la Torre de Londres, tuvo la pena de no poder asistir a la muerte de su esposa. En el juicio se le acusó de escribir libros propios de un traidor y que incitaban a la traición y bajo esa acusación fue condenado a muerte. Fue ahorcado y descuartizado en la plaza londinense de Tyburn en la fecha indicada.