Por: Biblioteca de Autores Cristianos | Fuente: Año Cristiano (2002)
Mártires (+ 1794)
En principio estaban condenados a la deportación como tantos otros sacerdotes refractarios, pero su vejez o enfermedad les había impedido ser deportados. Les habían tenido detenidos en el convento llamado de la Patience desde que empezaron a llegar en octubre de 1792. Liberados por los vandeanos y vueltos a detener tras la derrota de éstos, su escasa salud les hizo muy dura la prisión, aparte el escaso miramiento con que fueron tratados.
El día 21 de enero de 1794 por la mañana temprano tuvo lugar el juicio contra ellos, en el que uno tras otro se fueron negando a prestar los juramentos que se les pedían y fue dictada contra ellos sentencia de muerte sobre la base de esta negativa.
Todos alegaron su condición de sacerdotes católicos, leales a la Iglesia, para justificar su negativa y recibieron la sentencia de muerte con tranquilidad.
Del juicio fueron llevados al patíbulo y uno tras otro fueron guillotinados. Sus nombres son: Juan B. Turpin du Cormier, párroco de la Trinidad, de Laval; Juan María Gallot, capellán de las monjas benedictinas; José Pellé, capellán de las clarisas de Laval; Renato Luis Ambroise, adscrito a la parroquia de la Trinidad; Julián Francisco Morin, adscrito a la parroquia de San Venerando; Francisco Duchesne, prebendado del cabildo de San Miguel; Jaime André, párroco de Rouessé-Vasse; Andrés Duliou, párroco de Saint Fort; Luis Gastineau, capellán de Port Brillet; Francisco Migoret, párroco de Rennes-en-Grenouille; Julián Moulé, párroco de Saulges; Agustín Manuel Philippot, párroco de Bazouge-des-Alleurs; Pedro Thomas, capellán del Hospital de San Julián en Chateau-Gontier; Juan Bautista Triquerie, sacerdote de la Orden franciscana conventual.
Pío XII beatificó a estos mártires de Cristo el 19 de junio de 1955.