Beata Laura Vicuña

Por: Biblioteca de Autores Cristianos | Fuente: Año Cristiano (2002)

Virgen (+ 1904)

Esta angelical niña es una gloria evidente de la congregación de las Hijas de María Auxiliadora, que fueron las que infundieron los sentimientos de piedad que la llevaron en tan breve plazo de tiempo a la altura de las virtudes heroicas.

Nació en Santiago de Chile el 5 de abril de 1891. Cuando tenía dos años sus padres se trasladaron a vivir a Temuco, al sur de Chile, huyendo de la inquietud revolucionaria que había en la capital. Aquí le nacería una hermana y no mucho después moriría su padre, dejando a la madre con dos hijas. Entonces la madre se fue a Argentina buscando mejorar su vida. El modo que la madre aceptó de ganarse la vida fue el de mantener relaciones con un rico terrateniente. No obstante este género de vida, la madre puso a sus hijas en el colegio de las Religiosas Salesianas, y ellas se mostraron receptivas de la buena formación cristiana que las mismas proporcionaban. Laura empezó a ser consciente de la situación moral en que vivía su madre y comenzó a orar para que el Señor la iluminara.

En cuanto la chica tuvo once años, comenzó el amigo de su madre a fijarse también en ella, a lo que la niña opuso la más firme negativa. Dejó el rico de pagarles el colegio a las niñas y hubieron ellas de trabajar para costeárselo. Laura, segura ya entonces de que quería ser religiosa, pidió ser admitida como aspirante, pero la situación moral de su madre hizo que las religiosas le contestaran que por entonces debería esperar.

Guiada por su confesor, Laura hizo en privado el voto de castidad y los otros votos de la vida religiosa para guardarlos en la medida de lo posible en medio del mundo. Hizo más: ofreció a Dios su vida por la conversión de su madre. Por entonces Laura enfermó y pronto se vio que la ruina de su salud era definitiva. Laura practicó en su lecho de enferma todas las virtudes: resplandecieron su fe y confianza en Dios, su ardiente celo por la gloria de Dios, su humildad, paciencia y mansedumbre, su piedad e insigne vida interior. Murió en Junín de los Andes el 22 de enero de 1904.

Si la antigüedad cristiana conoció niños mártires, nuestra época ha conocido llegar a la santidad heroica no por el martirio a varios jovencitos, que son testigos de la fuerza incomparable de la gracia de Dios. Laura es uno de ellos.

Aprobado un milagro por su intercesión, el papa Juan Pablo II acudió a Turín el 3 de septiembre de 1988 para beatificarla, solemnizando así el I centenario de la muerte de San Juan Bosco, el fundador de la familia salesiana.

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