La Iglesia es Una
La Iglesia es una porque tiene como origen y modelo la unidad de un solo Dios Trino, además porque ella reúne en un solo cuerpo a todos los pueblos donde Cristo es la cabeza.
El catecismo de la Iglesia nos dice que la Iglesia es una porque su fundador es uno, Cristo, y su alma es una, el Espíritu Santo. (n. 813)
Tenemos que tener claro que si bien la Iglesia es UNA (Mateo 16,18 y Juan 17,21), está compuesta de diversos pueblos y culturas que la enriquecen con la diversidad de dones que Dios da a sus hijos, es por ello que como cristianos estamos llamados a trabajar por la unidad y a rechazar todo aquello que atente contra ella. Aprender a ver en esta diversidad la riqueza de la comunidad.
Los vínculos visibles de la caridad, la profesión de una misma fe, la celebración del culto divino y la sucesión apostólica por el sacramento del orden sacerdotal; son los medios por los cuales se conserva la unidad.
Esta unidad de la Iglesia se ve herida por el pecado de los hombres, especialmente en los casos de herejía, apostasía y cisma (CEC, 817), como miembros de la comunidad cristiana estamos constantemente llamados a fortalecer y promover esta unidad comenzando por nuestras propias comunidades, por la vivencia de la fraternidad en nuestras familias, que son iglesias domesticas, y en todos los espacios donde convivimos y nos relacionamos con los demás.
Las iglesias particulares, que son aquellas que caminan en cada rincón del mundo, sean pequeñas o grandes, con sus características y particularidades, están estrechamente unidas entre sí, esta unidad hace que la Iglesia en cualquier parte del mundo, sea la misma y celebre el mismo misterio de fe.
Esto y la unión de todos los miembros con la cabeza que es Cristo, hace que la Iglesia sea una, como una es la fe en el único Dios.