Poesía: Oh Cristo

Ya no hay un dolor humano que no sea mi dolor;
ya ningunos ojos lloran, ya ningún alma se angustia
sin que yo me angustie y llore;
ya mi corazón es lámpara fiel de todas las vigilias,
¡oh Cristo!

En vano busco en los hondos escondrijos de mi ser
para encontrar algún odio: nadie puede herirme ya
sino de piedad y amor. Todos son yo, yo soy todos,
¡oh Cristo!

¡Qué importan males o bienes! Para mí todos son bienes.
El rosal no tiene espinas: para mí sólo da rosas.
¿Rosas de Pasión? ¡Qué importa! Rosas de celeste esencia,
purpúreas como la sangre que vertiste por nosotros,
¡oh Cristo!

Autor: Amado Nervo (1870-1919).

Deja un comentario

Otros artículos interesantes para ti...

Beato Guillermo José Chaminade

Por: Pedro Langa, OSA | Fuente: Año Cristiano (2002) Presbítero (+ 1850) Guillermo José Chaminade vio la luz en Périgueux, la ciudad francesa donde vivían los suyos,

Leer más »

Nuestra Señora del Carmen

Carmen viene de Carmelo, un monte situado en la población marítima de Haifa en el norte de Israel, en la zona de Galilea. Precisamente, Karmel

Leer más »

Nuestra Señora de Fátima

En 1917, Portugal estaba al borde del totalitarismo después de la revolución de 1910. La revolución había decretado una aguda separación de la Iglesia y

Leer más »