Por: Biblioteca de Autores Cristianos | Fuente: Año Cristiano (2002)
Mártir (+ 1867)
También llamado Juan Yi Yun-il en la persecución coreana contra la Iglesia los fieles seglares, como ya queda dicho en otro lugar, pese a que su conversión al cristianismo era reciente, demostraron una fe profunda y seria, y por ello concurrieron a la palestra a luchar por el evangelio con su testimonio martirial junto con sus misioneros.
Tal día como hoy, 21 de enero, del año 1867 padeció martirio en el pueblo de Toi-Kon un seglar llamado Juan Yi Yun-il. Tenía 45 años de edad y se había acreditado ante los misioneros como para encomendarle el cargo de catequista de los niños y de los catecúmenos, cargo que él desempeñaba con gran celo. Estaba casado y era padre de familia. Se ganaba la vida como agricultor.
Cuando fue arrestado, se quiso a todo trance conseguir su apostasía, ya que si el catequista apostataba, ello sería buen argumento para conseguir que otros fieles lo hicieran. Por ello fue atrozmente atormentado. Primero fue molido a palos, recibiendo innumerables azotes que lo dejaron maltrecho, y como esto no fue suficiente para que apostatara se le descoyuntaron los huesos, lo que le produjo dolores terribles. El mártir soportó con viva fe y gran paciencia los tormentos, teniendo delante de su alma los dolores de Cristo en su pasión y ofreciendo al Señor su vida en gratitud por el don de la fe y la redención que de Él había recibido. No vaciló un momento en su confesión cristiana y admiró a todos la alegría que mostraba de padecer por Cristo. Consumó su martirio cuando su cabeza fue separada de un tajo de su cuerpo, volando al cielo su hermosa alma.
La comunidad cristiana conservó el recuerdo de éste, como de los otros mártires, y por ello su nombre estuvo en la lista dorada de los 103 mártires de Corea que canonizó en Seúl el papa Juan Pablo II el día 6 de mayo de 1984.