Poema: Ayes del destierro
¡Cuán triste es, Dios mío,La vida sin ti!Ansiosa de verteDeseo morir. Carrera muy largaEs la de este suelo,Morada penosa,Muy duro destierro.¡Oh dueño adorado,Sácame de aquí!Ansiosa
¡Cuán triste es, Dios mío,La vida sin ti!Ansiosa de verteDeseo morir. Carrera muy largaEs la de este suelo,Morada penosa,Muy duro destierro.¡Oh dueño adorado,Sácame de aquí!Ansiosa
Alma, buscarte has en Mí,Y a Mí buscarme has en ti. De tal suerte pudo amor,Alma, en Mí te retratar,Que ningún sabio pintorSupiera con tal
A mi corazón llamaron:corrí a abrir con vida y alma.Veo en la puerta a mi Amorcon una cruz que me espanta.-Pasad, si os place, Señor,pasad,
Blanca como un cirio,pura como un lirio,la Virgen divinaal templo camina,llevando en sus brazos cual rayo de luzal niño Jesús.Cuando Simeónve a Cristo en Siónle
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,que a mi puerta, cubierto de rocío,pasas las noches del invierno oscuras? ¡Oh,
¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,y cuántas con vergüenza he respondido,desnudo como Adán, aunque vestidode las hojas del árbol del pecado! Seguí mil veces vuestro
Dame, Señor, un poco de sol,algo de trabajo y un poco de alegría. Dame el pan de cada día, un poco de mantequilla, una buena
Estaba la Madre dolorosajunto a la Cruz llorando,mientras su Hijo pendía. Su alma llorosa,triste y dolorida,traspasada por una espada. ¡Oh cuán triste y afligidaestuvo aquella
Vivo sin vivir en míY tan alta vida esperoQue muero porque no muero. Vivo ya fuera de míDespués que muero de amor,Porque vivo en el