La Anunciación en nuestros días también ocurre

El Evangelio de Lucas en su primer capítulo (v. 26-38), nos ofrece un texto maravilloso: la anunciación a María. La Iglesia a través de la liturgia nos propone recordar este acontecimiento de salvación cada 25 de marzo, cuantas veces ese día es cotidiano, cuando debería ser un día que nos enseña como Dios desea entrar en relación con nosotros.

Es posible que la cotidianidad haya invadido esta fecha, por eso te propongo unos puntos de reflexión que te ayuden a retomar el sentido profundamente humano y divino de esta fiesta.

Dios nos visita en un momento concreto

El Evangelio nos cuenta que Gabriel fue enviado al sexto mes del anuncio del nacimiento de Juan, el precursor del Señor, a un pueblo llamado Nazaret, que era poco importante en aquella época, a que le anunciará a una joven virgen desposada el nacimiento del Salvador.  En esas circunstancias se encontraba María ¿y nosotros en cuáles estamos?

La única certeza que tenemos es que, en nuestras circunstancias, el Señor nos enviará su mensajero a darnos noticias de su plan para con nosotros. ¡Escuchemos su plan, es fascinante!

Nos anuncia un plan para ser felices

La anunciación es el acontecimiento de un plan para ser felices, tanto es así, que el ángel le dice a María «alégrate», esa es la primera palabra que manifiesta, pero es muy particular que lo haga en modo imperativo, que sirve para dar órdenes, pero también para expresar deseos o solicitudes, y considero que, el ángel está solicitando a María que se alegre anticipadamente por un plan que parece misterioso, comenzando por el ser que lo anuncia: un ángel, pero que la realizará en la plenitud, será madre pero también señora. ¿Qué tal si nos dejamos sorprender por los planes de Dios?

Y no huye al diálogo ni a las preguntas

En ocasiones, nos conturbamos sin que nos hayas expuesto el plan, eso le sucedió a María, pero ante esa sensación el mensajero de Dios responde con una certeza, «no temas», y después de esto, entran en un coloquio apasionante, en el cuál, Dios por medio del ángel siempre responde con afirmaciones y seguridades, pero ante esto, el hombre responde en momentos con preguntas, creeríamos que esto turbaría a Dios, pero no ocurre, antes bien, responde ahora con evidencias y expone el caso de Isabel, una mujer anciana y estéril que ha concebido. No temas hacerle preguntas a Dios, Él dialogará contigo y te concederá paz.

Espero que estas tres claves te ayuden a vivir una anunciación todos los días de tu vida, Dios siempre te anuncia un plan para salvarte ¡créele!

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