La vida comunitaria es el compartir del hombre consigo mismo, con los hermanos, con Dios, pero lamentablemente estamos asistiendo a una desacralización -una pérdida de lo sagrado- y esta lleva a una descristianización -un divorcio entre lo que se cree y se vive-, todo esto no sólo se debe a una falta de catequesis, sino ante todo a un falta de encuentro con la persona de Jesucristo.
Hoy por hoy, vivimos una crisis de fe, porque no se quiere ser cristiano en la totalidad, sino en la fracción o en ciertas partes de la vida, es por esto la necesidad de cristianos que sean testigos del Resucitado, que sean dóciles instrumentos del Espíritu Santo, testigo que reflejen su encuentro con Jesús y con esto sean signo que fortifique la fe de los demás creyentes.
La comunidad es un testimonio para la Iglesia de hoy, es el Cuerpo del Resucitado. Los hombre no podemos encontrarnos con Dios si no hay testimonios vivientes y latentes, por esto se hace necesaria la unidad y la comunión.
La comunión es un bien en sí mismo, porque da libertad, nos saca de nosotros mismos, de nuestros egoísmos, es por esto, que la misión de la Iglesia es la comunión como un Misterio, como Sacramento y ante todo como Evangelio de unidad y de comunión.
- El Evangelio común: La Iglesia siempre anuncia la Buena Noticia y en ésta está incluida la realidad de que “el otro es mi hermano y compañero de camino”.
- Profecía de comunión: El profeta “es la boca de Dios, pero además, muestra el rostro misericordioso de Dios”, y nos enseña que se profetiza a las personas y no a los individuos.
- Parábola de comunión: La parábola es una enseñanza, un signo, por lo que hace, por su unidad y testimonio.
- Sacramento de comunión: El sacramento es una acción salvifica en favor del pueblo y acompañada de actos de acción de gracias a Dios Padre por medio de Jesús, si cada uno vive el amor, la misericordia y compasión con los demás, se convierte en un sacramento de amor, comunión y unidad.
- Espiritualidad de comunión: Es descubrirse Iglesia en todas las etapas, situaciones y momentos de las demás personas, pero también en los hechos de la vida personal.
La comunión es la labor tuya y mía, trabajar por una Iglesia acogedora, una Iglesia casa, una Iglesia doméstica, una Iglesia que opta por ser una parroquia renovada en la comunión, no tanto en edificios o sacristías sino en miembros que se aman y se acogen los unos a los otros.