Breve viacrucis cotidiano

Primera estación: Jesús es condenado a muerte.

Porque yo también te he juzgado y condenado en mis hermanos o he dejado con mi silencio que otros lo hagan.

Perdón, Señor, perdón.

Segunda estación: Jesús carga con la cruz.

Por las veces que yo he dejado caer la cruz de mis obligaciones diarias y he renegado de la de mis penas y enfermedades.

Perdón, Señor, perdón.

Tercera estación: Jesús cae por primera vez.

Por las ocasiones en las que he tardado tanto en levantarme de mis penas y aflicciones y por todos mis hermanos que ya no se han levantado.

Perdón, Señor, perdón.

Cuarta estación: Jesús se encuentra con su madre.

Hay muchas ocasiones en que lo único que se puede hacer por otro es acompañarlo en su viacrucis. Por las veces en que he dejado a tantos enfermos y ancianos solos en ese penoso camino.

Perdón, Señor, perdón.

Quinta estación: Simón de Cirene ayuda a Jesús.

Por haber dejado solos con sus cruces de hambre, desnudez, de abandono a tantos hermanos, cuando podía haberlos ayudado.

Perdón, Señor, perdón.

Sexta estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús.

Por no haberte descubierto en tantos rostros sudorosos de obreros y campesinos y no haberte enjugado tantas lágrimas.

Perdón, Señor, perdón.

Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.

Por las veces que con nuestro ejemplo hemos hecho que los demás tropiecen y por las veces que, quizá deliberadamente los hemos empujado.

Perdón, Señor, perdón.

Octava estación: Jesús habla a las hijas de Jerusalén.

Por las veces en que mis problemas me han hecho olvidarme de los sufrimientos de los que me rodean.

Perdón, Señor, perdón.

Novena estación: Jesús cae por tercera vez.

Por esas ocasiones en las que, ante las dificultades, no he preservado en la obra emprendida en favor de los demás.

Perdón, Señor, perdón.

Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.

Por las veces en que yo he despojado a los otros de su fama, de sus bienes, de sus derechos, de su inocencia, de sus ilusiones.

Perdón, Señor, perdón.

Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz.

Por tantos perdones que yo te he negado, por tantas represalias y venganzas que he tomado.

Perdón, Señor, perdón.

Décimo segunda estación: Jesús muere en la cruz.

Por la facilidad con que me olvido de que me quisiste y de lo que me quieres y de lo que te costaron mis pecados.

Perdón, Señor, perdón.

Décimo tercera estación: Jesús es bajado de la Cruz.

Por ese tierno Niño que tú nos diste una Nochebuena y que una mala tarde te devolvimos muerto por nuestros pecados.

Perdón, Señor, perdón.

Décimo cuarta estación: Jesús es sepultado.

Por las veces en que he olvidado, cómo los discípulos de Emaús, que es necesario pasar por todas estas cosas para entrar en la gloria.

Perdón, Señor, perdón.

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