La Iglesia es católica
La palabra “católica”, hace referencia a la universalidad, totalidad e integridad de la Iglesia, quien es llamada así por dos motivos:
- Porque Cristo está presente en ella, lo que implica que ella recibe de Él, la plenitud de los medios de salvación: confesión recta y completa de la fe, vida sacramental integra y ministerio ordenado en sucesión apostólica. (CEC, 830)
- Porque ha sido enviada por Cristo en misión a la totalidad del género humano. (CEC, 831).
Dado esto, la iglesia era católica en el momento de Pentecostés y lo será hasta el día en que Cristo vuelva gloriosamente.
En el mundo entero encontramos pequeñas comunidades donde se reúne parte del rebaño del Señor, sea en parroquias, casas de misión, pequeñas comunidades de base, casas de oración… donde por medio de la celebración eucarística, celebración de la Palabra y catequesis, miles de personas se ven nutridas en la fe. En estas comunidades aunque muchas veces son pequeñas, pobres o dispersas, está presente Cristo.
Las iglesias particulares, guiadas por un obispo ordenado como sucesor de los apóstoles, están formadas a imagen de la Iglesia Universal, es por medio de las iglesias particulares que existe la Iglesia católica, una y única (CEC, 833). A estas iglesias particulares, la plenitud como católicas, se las da la comunión con la Iglesia de Roma, que en palabras de San Ignacio de Antioquía, “preside en la caridad” a toda la Iglesia.
A esta iglesia universal, pertenecen todos los católicos, los demás cristianos e incluso todos los hombres en general llamados a la salvación. Quienes creen en Cristo y han recibido ritualmente el bautismo, pero no participan de la celebración culto divino o hacen parte de diferentes denominaciones cristianas, están en una cierta comunión, no perfecta, con la Iglesia Católica.
El mandato recibido por medio de Cristo, de ser misioneros de todas las naciones, es la exigencia de la catolicidad de la Iglesia, donde por medio de un diálogo respetuoso con las diferentes culturas, creencias, razas… se anuncie el Evangelio, haciendo cada vez más fuerte la universalidad de la comunidad cristiana.