Poesía: Stabat Mater

Pensaba en ti, Madre
de Dios.
Mi corazón
rumiaba
la pulpa de tu Dolor.
Sábado Santo. Tarde gris. La calle.

Mí aliento
deseaba nacerte. Acompañarte.
Veía tus dos brazos rodeando
un desmayado cuerpo.
Pero erguido tu pecho.
Erguido siempre, sin que de tus labios
-amoratados, húmedos, resecos-
brotara
el más leve sonido de protesta.
Tú lo aceptabas todo. Hasta a nosotros.
Y, al abrazar a Dios, sobre la roca viva del Calvario,
me abrazabas a mí. A todas las criaturas
que en el momento aquél
arrastraban sus pies. Sobre el asfalto.

Autora: Elvira Lacaci (1928-1997).

Deja un comentario

Otros artículos interesantes para ti...

Nuestra Señora Aparecida

Corre el año 1716 cuando, en el río Paraíba, tres pescadores trataban de ganarse la vida, pero no conseguían pesca. Fue entonces que alzaron de

Leer más »

Beato Marcolino Amanno

Por:  Biblioteca de Autores Cristianos  | Fuente: Año Cristiano (2002) Presbítero (+ 1397) Nace en Forli en 1317 y en su juventud siente la vocación al estado religioso, decidiéndose

Leer más »