Poesía: Viernes Santo
Tu maderome llegaba, Señor, desdibujado.Eludía contornos.Cualquier forma concreta me arañaba el espíritu.Pero, a pesar de ello,tu madero, Señor, se perfilabaen el cordial ambiente de la
Tu maderome llegaba, Señor, desdibujado.Eludía contornos.Cualquier forma concreta me arañaba el espíritu.Pero, a pesar de ello,tu madero, Señor, se perfilabaen el cordial ambiente de la
¡Oh llama de amor viva,que tiernamente hieresde mi alma en el más profundo centro!Pues ya no eres esquiva,acaba ya si quieres,rompe la tela deste dulce
Vivo sin vivir en mí,y de tal manera espero,que muero, porque no muero. En mí yo no vivo ya,y sin Dios vivir no puedo,pues sin
Yo pequé mi Señor, y tú padeces;yo los delitos hice y tú los pagas;si yo los cometí, tú ¿qué mereces,que así te ofenden con sangrientas
Hazme una cruz sencilla,carpintero…sin añadidosni ornamentos…que se vean desnudoslos maderos,desnudosy decididamente rectos:los brazos en abrazo hacia la tierra,el astil disparándose a los cielos.Que no haya
Hazme soñar… ¡Soñar, Señor, soñar!…¡Hace tiempo que no sueño!Soñé que iba una vez -cuando era niño todavía,al comienzo del mundo-en un caballo desbocado por el
Me gusta el Cristo de Velázquez.La melena sobre la cara…y un resquicio en la melenapor donde entra la imaginación.Algo se ve.¿Cómo era aquel rostro?Mira bien,compónlo
Marta tenía razóny la tenía María.María, la mejor partey la menos buena -prisa,humillación, tempestadesde alma que duda y trajina-la menos buena, sí, Marta,pero su parte
Porque, Señor, yo te he vistoy quiero volverte a verquiero creer. Te vi, sí, cuando era niñoy en agua me bauticé,y, limpio de culpa vieja,sin